El pasado viernes me relajé en el sofá junto a mis hijos a disfrutar del cierre de la semana y como es habitual cada viernes por la noche, pizza y peli son el plan estrella. Muchas son las veces en los que repetimos visionados, quienes están vinculados al mundo de la crianza conocen y entienden la importancia de las cadenas de repetición en el proceso de aprendizaje. Y mi hija mayor comparte con toda su emoción, siempre tan característica,” Mami veamos Brave”. Y así lo hicimos, ya no sé cuántas veces la he visto pero me encanta sumergirme y dejarme llevar más si te tratan de personajes femeninos como Mérida. Sin embargo, hoy estoy compartiendo estas líneas no tanto para hablar de la peli en sí, sino por lo que me provocó y hacia donde me llevó una frase al principio y que relata de la siguiente manera: 

“Algunos dicen que nuestro destino está conectado a la tierra, que es parte de nosotros como nosotros de ella. Otros dicen que el destino está entretejido como una tela, entrelazando el destino de uno con el de muchos otros, es aquello que más buscamos o luchamos por cambiar, algunos nunca lo encuentran, pero hay otros que son guiados a él.”

Brave, Disney 2012

Las dinámicas están cambiando y la necesidad de realmente tomar las riendas hacia las cuales queremos y deseamos, se tracen nuestros caminos, se están convirtiendo en imperativos de nuestros tiempos; quien no se suba al carro de la transformación y reinvención de nuevas maneras de trabajar y colaborar; se va a quedar atrás muy probablemente con una mochila cargada de frustraciones y carencias.

Comenzar a construir y propiciar círculos de afinidad, juntar sinergias para desarrollar alianzas estratégicas con pares, descubrir y poner en relevancia los talentos de las personas, compartir experiencias e inquietudes en el camino; va a necesitar de un alto grado de compromiso y valentía por parte de quienes estamos decididos a dejarnos guiar por esa voz que nos dice “por aquí, vayamos por aquí” y saltar al vacío con la confianza de que hay un futuro que va emergiendo a medida que vamos construyendo junto a otras una fina y delicada red de apoyo para hacer realidad nuestros proyectos, los cuales necesitarán de un alto grado de creatividad e ingenio en los tiempos que corren.

Intuyo que aún tenemos mucho por hacer en cuanto al grado de internalización que tenemos como colectivo para trabajar de manera más colaborativa y participativa, pero lo que sí sé es que desde hace un par de años ya se vienen hablando y accionando nuevas maneras de hacer y de emprender con las personas, con los proyectos, con las organizaciones incluidas las propias empresas.

Escuchamos por todas partes la importancia del emprender, del actualizarnos, de la formación continua y continuada, de no dejar nunca de actualizarse. ¡Fantástico!; siempre voy a invitar a que lo sigamos haciendo, soy una knowmad desde que tengo uso de razón. Pero ahora la parte que nos toca más en serio es comenzar a entrecruzar y crear a partir del compartir y el colaborar en red desde cualquier parte del mundo de una manera digital que también ha venido para instalarse y pedirnos que nos configuremos también desde allí.

Se me viene a la mente y al corazón un telar que va trazando poco a poco y con el tiempo, con cuidado y mimo para comenzar a encontrarse con, repensar en y entre pares nuevas maneras de accionar y aprender a caminar sobre aquello que decimos que somos; crear una comunidad de personas que se nutre y sostiene mutuamente.

Cada día encuentro, descubro y/o aparecen en el camino magníficas propuestas creadas desde una cultura emprendedora y el deseo de hacer lo que realmente hemos venido a hacer. No nos dejamos solos; apoyemos, busquemos, actuemos, diseñemos, nos impliquemos con aquellas propuestas que nos resuenan y nos mueven hacia un actuar desde el cooperar y coaccionar en redes.

A lo mejor nunca sabremos hacia que sitios nos llevarán o enredarán nuestras decisiones cuando demos el sí inicial, pero lo que sí podremos estar seguros es juntas llegaremos más lejos.

Caro Olmos