Cada español se desprende de siete kilos de ropa por año, es decir, un total de 326.000 toneladas anuales, tanto como el peso de 45.000 coches medianos. Por otro lado, Estados Unidos lidera el listado de ‘fast fashion’ con 13 millones de toneladas de prendas arrojadas de los armarios, un equivalente al peso de casi 2.000 cruceros.

La moda refleja el gusto de una época, los valores y las opiniones del momento. Es decir, es el reflejo y la expresión estética de una sociedad. Sin embargo, pocas veces nos preguntamos cómo y quiénes intervienen en esta cadena, y menos aún, cuál es su impacto ambiental y social.

Datos ocultos en las etiquetas de las prendas de ropa

Los tejidos ocupan un lugar esencial en nuestra vida diaria, por eso, al escoger una camiseta o un pantalón nuevo, vale la pena preguntarse sobre el impacto medioambiental y social que tendrá la prenda de vestir durante su ciclo de vida. 

Imagina que estás comprando unos pantalones, lo primero que haces es mirar el precio que aparece en la etiqueta para decidir si quieres comprarlos o no. Pero, por sorpresa tuya el precio no aparece en la etiqueta. 

Como no sabes el precio, lo más posible es que no los compres. Y, ¿por qué te cuento todo esto? Para mostrarte que las etiquetas que cuelgan de la ropa tienen una vida secreta que desconocemos.

La vida secreta de nuestras prendas de ropa

Sin ir más lejos, hay un dato que no ha sido etiquetado, y no hablo de la cantidad de dinero que hay que pagar por la prenda de ropa. Es decir, aquél que esconde los costes ocultos cómo la explotación laboral, la polución de las industrias, los productos químicos y tóxicos que han sido usados para fabricar ese pantalón, etc.

Cuando compramos sin tener información, estamos apoyando a que las marcas sigan por el mismo camino donde abaratar costes es más importante que desarrollar políticas sociales y ambientales. Por lo tanto, vamos a ver cómo podemos apostar por un trabajo justo, un medio ambiente saludable y productos seguros cada vez que compramos. Y, ¿cómo lo vamos a hacer? En pocas palabras, analizando el ciclo de vida de la prenda, es decir, la vida que ha tenido antes de llegar a la tienda de ropa. 

El ciclo de vida de una prenda de ropa

Hablamos de 5 etapas que generan impactos en la salud humana, en la calidad de los ecosistemas, las emisiones de gases de efecto invernadero y del ciclo del agua. 

Etapa 1: Producción de la materia prima

Corresponde al 44% de este ciclo. La primera etapa de este ciclo representa el mayor porcentaje del impacto negativo de esta industria. Ya que para maximizar los recursos, apurar las cosechas, lograr un mayor rendimiento del suelo a corto plazo y crear telas baratas, muchos productores utilizan productos químicos tóxicos. Asimismo, generan residuos sólidos, consumen agua y energía en exceso, generan polución y emisiones de CO2, y para colmo sus trabajadores, quienes además de recibir salarios indignos están sometidos a condiciones laborales que dañan su salud.

En consecuencia, el uso de químicos no solo puede afectar a los trabajadores, sino también al entorno y hasta nosotros mismos, porque muchos de ellos no desaparecen con los lavados, y desconocemos sus efectos en nuestro organismo.

Etapa 2: Transformación

En esta etapa se procede a convertir las fibras en hilos para después convertirlos en telas, lo que se denomina: hilado y tejido. Además se trabaja el teñido, la confección y los acabados. Este proceso requiere numerosas intervenciones que involucran el uso de maquinaria, por lo tanto el consumo de energía es elevado. También se consume muchos litros de agua y sustancias químicas que generan vertimientos dañinos para el medioambiente y la salud de los trabajadores.

Etapa 3: Distribución

Esta etapa es en la que se transportan las materias primas hacia las fábricas de tejido, los tejidos hacia los talleres de confección y la ropa hasta los puntos de distribución venta, los cuales exigen muchos transportes que son fuentes de emisiones de CO2.

Etapa 4: Utilización

Es en esta fase donde el 100% de la responsabilidad recae en cada uno de nosotros, los consumidores. Tiene un impacto significativo. El lavado, el secado y el planchado usa mucha energía y el uso de suavizantes y detergentes es una fuente de contaminación del agua que luego debe ser saneada. Por otro lado, si compramos ropa poco duradera y barata, estamos generando kilos de basura, cuyo único destino es contaminar nuestro planeta.

Etapa 5: Fin de vida

Para finalizar, el ciclo de la vida útil de una prenda termina cuando ya no hacemos uso de ella. En esta etapa el impacto es reducido si lo comparamos con las anteriores, aunque en la mayoría de casos, la ropa acaba en la basura y se elimina mediante la incineración.

Este punto es importante para darnos cuenta que el cambio del modelo actual de producción y consumo de moda es necesario para evitar los problemas tanto ambientales, sociales y de salud.

La clave para detener este sinsentido es comprar de manera responsable y consciente, intentar reutilizar, reparar o reciclar. En definitiva, es importante introducir un proceso circular en el cual la prenda, cuando llega al final de su vida útil, pueda convertirse en materia prima para la confección de una nueva.

¿Qué puedes hacer con las prendas que han llegado a su fin?

La organización ecologista Greenpeace, propone a cada persona alargar la vida útil de sus prendas de ropa, así se reducirían las emisiones contaminantes un 24%. Al mismo tiempo, transmite a la industria textil el mensaje de contribuir y disminuir el ritmo de renovación de colecciones por año, presentando prendas que no se deterioren y que no dejen de ser útiles al cabo de pocos lavados. En nuestro post Materiales sostenibles que puedes usar en tu taller de costura, te contamos más acerca de los materiales más respetuosos con el medio ambiente.

¿Te comprometes a pensar cuál es el impacto de la ropa que tienes en tu armario, o a echar un vistazo a las etiquetas de las prendas de ropa que encuentras en las tiendas?

¿Y tú, vas a hacerte responsable de tu parte en este proceso?